Uno de los más grandes poderes que poseemos, el cual también se encuentra ubicado en una parte muy especial de nuestro cerebro; es un poder que es clave para que vivamos la vida que queremos vivir.
La fuerza más extraordinaria, el poder más grande, transformador y enriquecedor que Dios nos ha regalado a los hombres, es el poder de ELEGIR.
Tenemos el poder de elegir el tipo de pensamiento que convertirás en sentimiento y emoción dentro de ti, para luego sentir y vivir la acción que tú quieras.
Siempre podemos elegir…
Reír, en lugar de llorar.
Abrazar, en lugar de golpear.
Cantar, en lugar de llorar.
Amar, en lugar de odiar.
Tú puedes elegir ser feliz, en lugar de aburrirte.
Compartir, en lugar de ser egoísta.
Servir, en lugar de ser arrogante.
Perdonar, en lugar de ser rencoroso.
Bendecir, en lugar de maldecir.
Por ello, ELIGE HOY:
Sonreír, en lugar de sembrar discordia.
Aplaudir, en lugar de criticar.
Ser paciente, en lugar de acosar a los demás.
Ser bondadoso, en lugar de ser un resentido.
Ser amigo, en lugar de ser el enemigo de todos.
Alabar y reconocer, en lugar de ser indiferente.
Cada uno de nosotros puede y debe elegir… ser feliz, ser noble, ser abundante, ser eficiente, ser sencillo, ser productivo, ser amoroso, ser responsable, ser entusiasta, ser optimista, ser positivo.
Y mil, y mil pensamientos, emociones o sentimientos, acciones, actitudes y reacciones que pueden convertir tu vida en una larga lista de éxitos y satisfacciones, mejorando tu calidad de vida y la de los seres que te rodean.
Reflexionemos lo siguiente:
“Finalmente, pensemos en todo lo que es verdadero, en todo lo que merece respeto, en todo lo que es justo y bueno; pensemos en todo lo que se reconoce como una virtud, y en todo lo que es agradable y merece ser reconocido.”
- ¿Qué vas a elegir hoy, ser protagonista o victima?
- ¿Ser un pensador de imposibilidades o uno de posibilidades?
- Todos tenemos la oportunidad de elegir que clase de vida queremos llevar: una vida abundante, extraordinaria o una vida miserable, ordinaria.
ORO para que te conviertas en protagonista de tu vida, para que puedas contarles a tu generación venidera como derrotaste a tus peores miedos que te querían atormentar.
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