Veamos una de las que con mayor frecuencia encontramos hoy en día. La llamamos biologismo porque a la gran cuestión humana responde simplemente que el hombre es un animal. Un poco más complejo pero animal al fin. En esto tienen mucho que ver el evolucionismo (el hombre es una especie más que ha evolucionado mediante la adaptación al ambiente), el psicoanálisis (el hombre es un individuo que reacciona de acuerdo a un impulso biológico primario: la libido) y el materialismo (el hombre, al final no es más que materia organizada biológicamente).
Más allá de la historia de las ideas, el biologismo tiene expresiones cotidianas muy concretas. Una mirada a vuelo de pájaro: la neurosis por la salud y la belleza que centra a tantos millones de personas en el cuerpo como si del mero aspecto externo de animal bello y sano dependiera la realización humana; el racismo que hace depender el valor de la persona de la condición biológica llamada raza; la concepción del amor como mera atracción sexual y hormonal; los escabrosos experimentos con seres humanos que se multiplican con el avance de ciertos sectores de la biotecnología. Creo que merecemos algo mejor.
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